Los dolores articulares y las enfermedades como las poliartralgias pueden llegar a ser incapacitantes para quienes lo padecen, lo que puede derivar en incapacidad laboral.
¿Qué es la poliartralgia?
Este tipo de afección se define como un dolor articular severo, cuyas causas pueden ser considerablemente variadas, siendo las más comunes enfermedades de tipo sistémico, las cuales pueden causar destrucción articular, así como también la destrucción de otros órganos esenciales.
La definición exacta de las poliartralgias es: dolor presente en cuatro o más articulaciones.
Se trata de uno de los motivos de consulta más comunes y que, dependiendo de cuál sea la enfermedad que lo esté generando, así como también el grado de gravedad, puede ser más o menos incapacitante, hasta el punto de requerir la incapacidad laboral permanente.
Podemos ayudarle
Somos abogados especialistas en incapacidades laborales en Barcelona. Si necesita un despacho con amplia experiencia en la materia, contacte con nosotros e infórmese sin compromiso.
Contacte con nosotrosSíntomas de la poliartralgia
Las enfermedades de este tipo, también conocidas como enfermedades reumáticas, son considerablemente comunes y la característica más destacada de las mismas es el dolor no controlado que genera fatiga.
Reconocimiento de una incapacidad laboral por poliartralgias
Es mucho más frecuente de lo pensado la derivación a una incapacidad laboral en estos casos. De hecho, las enfermedades de este estilo constituyen la primera causa de incapacidad laboral.
Esto se debe a que, en la gran mayoría de los casos, se produce un daño estructural anatómico, el cual se origina gracias a la aparición de enfermedades como la artrosis, artritis o destrucción articular, espondilitis y fracturas osteoporóticas.
En este sentido, es sumamente importante destacar que la incapacidad laboral no es otorgada por padecer una enfermedad o afección en específico, sino por las consecuencias incapacitantes que generan una pérdida funcional y limita a la persona, tanto en sus actividades diarias como en el trabajo.
De ahí que la valoración de este tipo de incapacidades requiera de un peritaje, mediante el cual se deben poner de manifiesto todas las limitaciones funcionales y anatómicas que presenta cada paciente de forma cien por cien objetiva.
De igual forma, se debe establecer el nivel de gravedad y el carácter permanente de las mismas. Para ello es importante la aportación de un profesiograma laboral a partir del cual se pueda determinar, en cualquier caso, una incapacidad para determinados trabajos.
Para realizar la valoración y, en función de ello, establecer el grado de incapacidad laboral, es necesario que el perito haga una serie de entrevistas y pruebas, entre las cuales se destacan la valoración física, anamnesis, evaluación de informes médicos y todo tipo de pruebas complementarias que ayuden a tener una idea más clara de la situación de cada paciente.
La valoración se establece mediante un dictamen médico-laboral, el cual concluye con la calificación del trabajador, específicamente del grado de incapacidad laboral permanente.
Enfermedades incapacitantes
La Seguridad Social ha establecido una lista de enfermedades incapacitantes, mediante las cuales se puede reconocer la incapacidad laboral. Entre las enfermedades indicadas, destaca la artrosis, aunque la misma constituye una de las 80 enfermedades indicadas.
En cualquier caso, para poder obtener el reconocimiento de una incapacidad laboral, se debe iniciar un proceso que debe desencadenar en el análisis y dictamen generado por un Tribunal Médico, el cual analiza cada caso de forma particular. De ahí que no sea posible hacer comparaciones o tener absoluta certeza del resultado a obtener en función de los resultados de otras personas.
Factores que considerará el Tribunal
El Tribunal Médico será el encargado de evaluar todas las pruebas y documentación con el objetivo de establecer una propuesta (de incapacidad o alta médica).
Es importante destacar que la declaración por incapacidad laboral dependerá, finalmente, del nivel de dificultad que presente la persona para cumplir con su actividad laboral habitual (o cualquier trabajo), tanto a nivel personal como también a nivel profesional.
Para esa evaluación se deben considerar los siguientes aspectos:
- Edad del paciente
- Antecedentes familiares, como es el caso de enfermedades autoinmunes, enfermedades articulares, enfermedad inflamatoria intestinal, fibromialgia, psoriasis, entre otras.
- Antecedentes personales, como es el caso de enfermedades febriles o articulares de carácter crónico en la niñez y las cuales puedan sugerir artritis idiopática juvenil.
- Nivel y forma en que han iniciado las molestias, especificando si las mismas son insidiosas o agudas.
- Evolución de los síntomas, definiendo agudo como menor de seis semanas de duración y crónico, mayor de seis semanas de duración.
- Además de la evolución, también se deben especificar otros detalles importantes como es el caso del patrón del compromiso articular, el cual incluye patrones migratorios, aditivos e intermitentes. De igual forma, se debe determinar el compromiso periférico o axial.
- Determinar síntomas acompañantes para definir el nivel de limitación que genera la enfermedad.
- Entre los síntomas acompañantes se consideran la fiebre, la sudoración, reducción de peso, problemas respiratorios como disnea, tos, síntomas pleurales.
- Adicionalmente, se deben considerar síntomas gastrointestinales, como el reflujo gastroesofágico, dolores abdominales, diarreas intermitentes o fijas, problemas genitourinarios, problemas cutáneos, oculares y en las mucosas.
- Dentro de los problemas cutáneos se consideran afecciones como la alopecia, la fotosensibilidad, la psoriasis, lesiones purpúricas, úlceras, entre otras.
- De igual forma, a nivel de mucosas se toman en cuenta problemas como las úlceras o la sequedad oral, entre otras.
- De forma adicional, se debe estudiar y determinar si el dolor del paciente es periarticular, lo que se traduce en dolor a la movilidad activa o articular, que a su vez tendrá como consecuencia el dolor, tanto con movilidad activa como con movilidad inactiva.
Conclusiones
En resumen, es posible obtener la incapacidad laboral por poliartralgias y enfermedades reumáticas, pero para ello es indispensable la revisión del paciente y la determinación del nivel de gravedad, según cada caso.
Por último, toda la información debe ser evaluada por un Tribunal Médico, quien será el encargado de, finalmente, generar un dictamen/propuesta que elevará al INSS para su resolución.